jueves, 19 de diciembre de 2019

Leyendas Argentinas

Resultado de imagen para leyenda del viento zonda con imagenes"



Leyenda del viento Zonda: culpa de un indio sin corazón

En San Juan se dice que el viento caliente y seco que corre de mayo a septiembre toma su nombre de la Quebrada del Zonda, donde lugar considerado como su punto de origen.

A veces llega con gran espectacularidad: ráfagas de 60 kilómetros por hora, nubes de tierra, y elevando la temperatura varios grados. Llega volteando árboles y volando cualquier cosa liviana –y no tanto- que encuentra a su paso, siempre corriendo desde el Oeste o Noroeste.

Algunos lo llamaban Huayra Puca, o “Viento de las brujas”, por el poder negativo que desencadena en el ánimo de la gente: produce sopor, angustia, sofocación, depresión, alergias (arrastra polvo y esparce el polen) y presión alta.

Según la leyenda contada en el libro “Cuentos y leyendas populares de la Argentina” el Zonda nació así:

El indio Huampi gobernaba varias tribus de las que habitaban estos valles. No había otro que se destacara como él por su indomable valor y su extraordinaria destreza en el manejo de las armas.

Admirado y temido por todos, era al mismo tiempo amo y señor de toda la comarca.

Manejaba el arco con tal habilidad que no perdía víctima a la que arrojara sus certeras flechas.
Por eso en los montes, valles, praderas y bosques que recorría, tanto caían guanacos, vicuñas y huillas, como los cóndores, los suris y toda clase de aves.

En sus frecuentes cacerías, Huampi no perdonaba ni a las crías más chiquitas. Iba de este modo despoblando de animales la región.

Volvía un día, al caer la tarde, cargado de caza, cuando se le apareció Pachamama, entre resplandores:

-¡Huampi, mal hijo de la Tierra!, ¿Te has propuesto terminar con todos los animales? ¿Por qué los persigues sañudamente? Hasta los pájaros del bosque te tienen miedo y callan cuando apareces.

Huampi bajó la cabeza y Pachamama prosiguió:

-¿Piensas, indio soberbio, que he creado los animales para que tú los mates? Sigue matando y llegará el momento en que te faltará su carne para comer y su leche, y sus pieles para cubrirte. Si no dejas vicuñas ni guanacos, ¿dónde encontrarás lana suave y sedosa para tejer tus mantas? Si no dejas llamas, ¿qué animal llevará las cargas a lugares lejanos? ¡Mata las aves y no tendrás plumas para adornarte! Eres ambicioso y egoísta y desagradecido porque no sabes apreciar ni respetar los bienes que te da la Madre Tierra. Huampi no tienes corazón. Para con esta actitud o el castigo será severo.

Pachamama desapareció envuelta en su luz y Huampi creyó despertar de una pesadilla. Estaba paralizado de miedo. Intentó dominarse, pero los amargos reproches de Pachamama y la amenaza de castigo le atormentaban duramente.

Pero al poco tiempo volvió a cazar, tal vez con más saña que antes.

Hasta que un día, apoyando en el grueso tronco de un árbol, entregado a sus reflexiones, oyó un silbido.

-¿Qué es eso? dijo, e inmediatamente sintió su rostro azotado por un aire caliente que quemó su oscura piel; las ramas de los árboles se agitaban, hojas, flores y frutos se arremolinaron a sus pies y el silbido era cada vez más lastimero y terrible.

Huampi no dudó, era la furia de la Pachamama sobre él y sus dominios, en forma de huracán espantoso. Era el castigo prometido. Desapareció envuelto en un remolino ardiente y polvoriento, empujado por abrazadoras rachas de viento seco. Fue condenado a vagar sin tiempo por todos los rincones de la cordillera de Los Andes convertido en lamento.

Desde entonces sopla el viento Zonda por los valles andinos con voz casi humana.

Fuente: Tomado de la página web:  http://destinosanjuan.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario