lunes, 21 de junio de 2021

Niels Hav




El sueño de caminar en zuecos
 
El sueño de volver a casa
y caminar eternamente en zuecos.
 
No más prisa de un lado a otro
perderse y estresarse en un aeropuerto,
concurrir a recepciones inútiles,
perder el tiempo en reuniones estériles.
 
Vivir con un calendario en blanco
a una distancia respetuosa de todos.
 
Estar parado en el frontón con la mirada fija
en las aves migratorias
en marzo y octubre,
Feliz de no tener que ir a ninguna parte.
 
Escuchar el viento
ir a cazar en cierta temporada
sentirse cómodo en su propio desasosiego.
 
Contemplar el alba y el ocaso
sin contratiempos,
orinar en paz
contra el poste de su propia cerca.
 
Estar de pie en sus propios zuecos
y examinar las estrellas
como todo ser humano.
 
¿es eso demasiado
pedir a la vida?
 
 (Traducido por Khédija Gadhoum)
 
 
En defensa de los poetas
 
¿Qué hacer con los poetas?
La vida los maltrata
se ven tan lastimeros vestidos de negro
con la piel azulosa de sus borrascas interiores.
 
La poesía es una horrible enfermedad
los infectados deambulan quejándose
sus gritos contaminan la atmósfera como escapes
de estaciones atómicas de la mente. Es algo tan sicótico.
La poesía es un tirano
desvela por las noche y deshace matrimonios
arrastra a la gente en mitad del invierno a desoladas cabañas
donde permanecen ateridos, con sus orejeras y gruesas bufandas.
¡Imagínense qué tortura!
 
La poesía es una plaga
peor que la gonorrea, una abominación terrible.
Pero consideren a los poetas, no es fácil para ellos.
Trátenlos con paciencia.
Son histéricos como si estuvieran embarazados de gemelos
crujen los dientes cuando duermen, comen tierra
y hierba. Se pasan horas en medio del viento ululante
atormentados por asombrosas metáforas.
Todos los días son sagrados para ellos.
 
Oh, por favor, apiádense de los poetas
son sordos y ciegos
ayúdenlos a cruzar las calles por donde van dando tumbos
con su invisible impedimento:
recordando toda suerte de cosas. De vez en cuando
uno se detiene a escuchar una sirena distante.
Sean considerados con ellos.
 
Los poetas son como niños locos
expulsados de su casa por toda la familia.
Rueguen por ellos;
han nacido tristes
-sus madres lloraron por ellos
acudieron a médicos y abogados- hasta
tuvieron que darse por vencidas
por temor a perder la cabeza.
¡Oh, lloren por los poetas!
 
No tienen salvación.
Infectados de poesía como leprosos secretos
están presos en su mundo fantasioso.
Un asqueroso barrió lleno de demonios
y fantasmas vengativos
 
Cuando un claro día de verano, de sol radiante,
vean a un pobre poeta
salir tambaleante de su edificio
pálido, como un cadáver
y desfigurado por las especulaciones
¡Acérquense a auxiliarlo!
 
Amárrenle los cordones de los zapatos
llévenlo hasta el parque
y ayúdenlo a sentarse en un banco al sol.
Cántenle un poquito
cómprenle un helado y háganle un cuento
para que no se sienta tan triste.
¡Está completamente arruinado por la poesía!
 
(Traducción de Orlando Alomá)
 
 
Mentalidad humana
 
La mentalidad humana es un hotel místico
con muchos pisos, pasillos, salas de reuniones
e instalaciones para conferencias.
De día reglas indudablemente de sentido común
de noche todo estructurado por un Neanderthal.
 
Este hotel representa todas las visiones del mundo.
En algunas de sus salas se negocian contratos considerables,
Se planean reformas radicales.
Se contemplan actos criminales y homicidios.
Si el recepcionista toca esta puerta para hacer preguntas personales
Será rechazado e insultado a grito pelado.
En otras habitaciones residen filósofos, malabaristas de palabras,
chamanes y creyentes apasionados. El sótano está como por ncanto
del gran baterista de la nada que cría
reptiles como si fueran mascotas. En todas partes hay una actividad febril.
 
En situaciones críticas se les convoca a todos
para una reunión. De día o de noche, con el fin de discutir
problemas urgentes o trivialidades de poca monta.
No hay ni agenda ni jefe;
las preguntas aparecen y desaparecen rápidas y desordenadas.
Cada argumento encima de otro
y cada uno con su intento de persuadir. Algunos usan cierta lógica
o sentido común, otros con alaridos
entonan quejas, canciones, injurias, súplicas y gritos de terror.
Un sin fin de palabras incoherentes arrullan los espíritus ancestrales
en lenguas muertas. Raras veces
se logra sacar alguna conclusión.
De improviso, todos regresan a sus habitaciones
cada uno cautivo de su indolente confusión.
 
En la recepción camina una persona ataviada y elegante.
Se apellida yo y afirma que es el gerente;
asevera que toma todas las decisiones;
confirma que administra el hotel de un modo racional
de acuerdo con los ideales contemporáneos.
 
Escúchenlo con cierta suspicacia.
Su autoridad no les importa un pepino a todos
los huéspedes del hotel.
 
(Traducido por Khédija Gadhoum)
 
 Poeta, narrador.
Naciò en Gudum (Dinamarca). Reside  en Copenhague.
Publicò: Las mujeres casadas de Copenhague ; Cuando me volví ciego Prohibida la impotencia (narrativa); El momento es una apertura Geografía del alma; Elementos; Estamos aquì.

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