Nº91-
Invierno 2020
sábado, 20 de junio de 2020
Oscar Vicente Conde
Voy
e expulsar
todas
las tempestades que habitan
mi
cuerpo
dejaré
de nombrar a los que se fueron
y
las voces que me nombran no las escucharé
en
señal de rebeldía
el
cansancio de otros no será mi cansancio
ni
sus gritos mis gritos
tampoco
sus inquisiciones abordarán mis sentidos
no
seré un hombre nuevo renovando su piel
sólo
seré distinto
cerca
de la luz
………………………………………………………………..
En
esta escasa geografía
que
me rodea
suceden
cosas
cerca
del límite
las
mañanas son iguales
a
las noches
como
una extraña unión
que
duele
y
las tardes vuelan desnudas
golpeando
las paredes
bajo
el efecto de la espera
gris
mi
piel se resiste a la ausencia
de
otras pieles
cada
vez menos
………………………………………………………………………………
Llueve
como
un presagio
alguna
despedida bajo las lágrimas
un
deseo en alguna ventana
mientras
figuras fantasmales
caminan
sobre los cristales
llueve
y
las ausencias se acrecientan
…………………………………………………………………………………
BUDAPEST
Esa
ciudad que me llama
Si
hubiera llegado hasta allí
a
salvo de todo
recogería
medusas inteligentes
con
un grial hurtado del palacio
y
tendría alas invisibles para pasar inadvertido
cantaría
melodías desconocidas
la
mesa en medio del salón de vidrios
sin
mantel
sin
vajillas
sin
cubiertos
con
flores de tiempos inciertos
los
espejos que hablan a los rostros tiesos
las
sillas de felpa esperan confiadas
las
brujas no se visten de negro
y
son difíciles de reconocer detrás de las cortinas
las
puertas no tienen miradores aliados
los
que murieron no resucitan
a
pesar de los rezos de las mujeres oscuras
la
luz se escapa descalza debajo del puente
cerca
del río que se lamenta solitario
la
tierra es roja casi siempre
después
de las lluvias se vuelve amarilla
en
ella bailan los duendes disfrazados de larvas
el
cielo se arrodilla tras las montañas
antes
que el sol descubra las crestas de los pájaros
el
aljibe suspira
su
aliento sombrío derrumba a la mariposas
no
llegué a ese lugar tan lejano
es
como un sueño arrumbado en un baúl blanco
clausurado
en antaño
quizá
haya niños frente a la vidrieras ovaladas
sin
juguetes de lata
los
hombres usan sombreros gigantes
las
mujeres esperan tras la ventanas dóciles
con
sus labios pintados con sangre de sus dedos
ellos
las besan ácidamente
para
irse a la guerra que aún no fue declarada
Budapest
está
lejana
allí
recoges medusas inteligentes
y me
reclamas en tus silencios que gritan
a
salvo de todo
a
salvo de mi
Poeta
Nación
en Lanús (Prov. Buenos Aires). Argentina
Publicò:
Destino, Silencios pintados en la piel, Resurrecciones, Mundo
viernes, 19 de junio de 2020
Leyendas Argentinas
Las
Cataratas del Iguazù
Cuenta
la leyenda guaraní que hace muchos años, vivía en el río Iguazú una gran
serpiente llamada Boi. Una vez al año, los indígenas guaraníes debían ofrecer a
la serpiente una bella doncella, arrojándola al río.
A
este ritual acudían todas las tribus de la zona y cierto año, el jefe de una de
esas tribus fue Tarobá. Éste, al conocer a la muchacha a la que se debía
sacrificar, se enamoró. Tarobá intentó convencer a los ancianos de la tribu
para que no sacrificaran a Naipí, como se llamaba la joven, pero no consiguió
su cometido; Naipí sería sacrificada.
Pero
Tarobá no se rindió, y la noche antes del sacrificio, raptó a Naipí. Juntos se
subieron a una canoa y navegaron por el río Iguazú. Enterada de lo sucedido, la
serpiente, colérica, partió con su cuerpo el río en dos, dando lugar a las
cataratas. Tarobá y Naipí quedaron atrapados. Boi convirtió a Tarobá en un
árbol, justo encima de las cataratas y la caída de éstas estaba formada por la
cabellera de Naipí.
Hecho
esto, la diosa Boi, volvió a sumergirse en la Garganta del Diablo, como es
conocida la parte baja de las cataratas, y desde ahí vigila que los amantes no
vuelvan a unirse jamás.
Pero
cuentan los indígenas, que los días que hay arcoíris, Tarobá y Naipí unen de
nuevo su amor...
Fuente: Mitos y leyendas del mundo .
http://mundileyendas.blogspot.com
Libros
Memorial de cenizas, poemas de Josè Luis Frasinetti, La Plata (Bs As).
Argentina.
80
pàg. 23x15 cm. ISBN 978-987-1844-66-1.
Imagen tapa: “Otoñal” (òleo sobre cartón) Josè Luis Frasinetti
Comentario
contratapa: Guillermo Eduardo Pilìa.
Editorial:
Hespèrides (La Plata). Argentina
2019.-
IX
salíamos
cuando los campos
exhalaban
el vaho de los yuyos
el
sol caìa rojo en las lagunas
y
balaban al fondo las ovejas
ser
o no ser
la brisa y los secretos
que
a veces inventábamos
para
vernos crecer entre los cardos
azules
de volver por este cielo
abierto
a la aventura de los primos
la
niebla de los campos
incendia
e corazón de las palabras
gritábamos
y andábamos de prisa
espantando
los teros
buscando
la nidada de los astros
en
el cielo encendido de la noche
allà
la cruz del sur
las
tres marìas
y el
ansia nos volvìa
a un
nosotros tan nuestro
que
la sombra era sombra
y
apenas escuchábamos las risas
entre
mareas de luciérnagas fugaces
tintineaban
las luces
arriba
como
abajo
de los sueños
el
vaho de la tierra
nos
inventaba duendes en la noche
y
allì estaban los otros
bajo la oscura copa de un aromo
hablando
de las cosas de la vida
gastando
los cigarros
y
memorias
para
vernos volver
cansados
por un tiempo
que
es sin tiempo
pàgs. 25/26
XXI
las flores de los cardos andan sueltas
y
nosotros perseguimos las torcazas
niños
nos vamos por la piel del mundo
al
fondo mismo de la tarde
envejece el silencio
de
algún modo
los
días parecen
a
amapolas dormidas
de
otros huertos
perseguimos
las formas de las nubes
por
la humedad más fresca de la tierra
nos
tatuamos el sol
y robamos
en altas alacenas
el
pan de chicharrón de nuestras tías
perseguimos
las formas de los cardos
soplamos
y reímos
un
poema se esconde
en
las rojas ciruelas del crepúsculo
andamos
por la quinta
encañando
la vida que nos crece
somos
tan altos como los tomates
y
buscamos el cielo
acaso
el sol triunfa entre las nubes
cuando
el aire se llena de ilusiones
nos
quedamos vacìos
y
algo de flor que vuela
nos
delira los sueños
como
flores de cardos
como
nubes
mientras
se escribe al fondo de los baldes
tanto
cielo de fuego
en
la poesía
pàgs 53/54
XXVI
cuando
las madres miran
hacia
alguna parte
los
hijos andan solos por el mundo
ellas
miran la casa
ven
largos los pasillos de los sueños
ven
los hijos corriendo por los cuartos
´cuando
las madres miran
hacia
adentro
los
hijos tienen sed y beben vino
la
oscura cacería de la vida
los
hace andar el tiempo
de
una presa que fuga
entonces
solo
esbozan la sonrisa
de
saberlos perfectos
cuando
una madre mira
hacia
la noche
algún
dolor llovizna en la memoria
y de
pronto amanece
pàg. 62
XXXIII
para
ganarme el cielo de mis tìos
molì
maíz
carpì los surcos viejos
encendí
hornos de barro
para cocer el pan de cada dìa
los
primeros bostezaban de cansancio
debajo
de los sauces
y yo
bombeaba al sueño fresco de los sapos
frente
a surcos de ajíes y tomates
en
los zarzos cercanos
los
primos desgranaban la dulzura
escondidos del tiempo
yo
los miraba ocultos de la ausencia
gritando
desde altísimos perales
viendo
llover la tarde entre sandìas
por
ganarme ese cielo de mis tìos
anduve
por el viento
me
hice amigo del agua y de la tierra
y
con el fuego limpio del poema
salì
a cazar nubes
por
los cuartos.
pàg. 72
XXXV
a
prima la trajeron las cigüeñas
dicen
tìas
de
noche
la
voz tenía la vejez de un cuento
que
alguien repite
para
niños tristes
yo
que veìa el vuelo de las aves
no
entendía la lógica
pero
andaba hechizado de mentiras
entendiendo
el idioma de los cielos
los
cuentos son inventos o verdad
y
las tìas fabulan con la muerte
le inventan moralejas al
olvido
y
asì las recordamos
ahora
que hay sol y llueve
eran
bajas y rubias
como
espigas de trigo
tenìan
la inocencia
secuestrada
en los cuartos
hablaban
con los sapos y las calas
bombeando
el agua fresca
a
prima la trajeron las cigüeñas
y yo
pensaba el viaje
desde
lagunas bajas y barrosas
y en
ese rìo lleno de bondad.
que
aflora por sus ojos
siento
el aire moverse entre los sauces
como
si hubiera tìas
como
si hubiera un pacto
con
la muerte
pàgs. 75/76
Josè Luis Frasinetti. Poeta, cuentista
y artista plástico
Nació
en General Belgrano (Bs As) Argentina.
Publicò:
Ancestros
del Rosal (poesía), Jardines del Tiempo (poesía).,Alba de cuervos rojos
(poesía), El cáliz de las horas (poesía), Cuadernos del recuerdo (poesía) Reino de copas (cuento), Intermezzo (poesía) Voces del duende que pasa (poesía infantil) Fugas (poesía).Cuarta pared (cuento)
Sharon Gorosito
No existe un hogar
Y en
la utopía
Ya
no llueve dentro de mí
Abandoné
mis pertenencias
en
las calles secas y rosadas
No
existe un hogar
nadie
tiene las manos manchadas.
Habiten junto a mí
Sáquenme
de esta habitación oscura
O
mejor, habiten junto a mí toda
esta
amargura que florece, mientras
el
pedrisco golpea en
mis
ventanas, asomando
sordamente
el nombre de aquel que me abandonó.
Las
nubes se condensan
casi
como un insulto, ahora que paré de llorar.
Poeta
Pilar
(Buenos Aires) Argentina.
Tiene
en preparación un libro: Caen las
estrellas hasta tus ojos
Muhammad al-Magut
Invierno
Como
lobos en una estación seca
Germinamos
por todas partes
Amando
la lluvia,
Adorando
el otoño.
Un
día incluso pensamos en mandar
Una
carta de agradecimiento al cielo
Y en
lugar de un sello
Pegarle
Una
hoja de otoño.
Creíamos
que las montañas se desvanecerían,
Los
mares se desvanecerían,
Las
civilizaciones se desvanecerían
Pero
permanecería el amor.
De
pronto nos separamos:
A
ella le gustan los grandes sofás
Y a
mí me gustan los grandes barcos,
A
ella le gusta susurrar y suspirar en los cafés
Y a
mí me gusta saltar y gritar en las calles.
A
pesar de todo
Mis
brazos se abren al universo
Esperándola.
Arden las palabras
Poesía,
inmortal cadáver, me aburres.
Líbano
arde,
Brinca
cual yegua herida al borde del desierto
Mientras
yo busco a una chica robusta
Para
rozarla en el autobús,
A un
hombre de rasgos árabes
Para
derribarlo en cualquier sitio.
Mi
país se desploma,
Tiembla
desnudo cual cachorro de león
Mientras
yo busco un rincón retirado
Y a
una aldeana desesperada para seducirla.
Diosa
de la poesía
Que
penetras en mi corazón cual cuchillo
Cuando
pienso que compongo poemas
A
una chica desconocida,
A un
país mudo
Que
come y duerme con cualquiera.
Puedo
reírme hasta que la sangre
Fluya
por mis labios.
Yo
soy la flor letal,
El
águila que golpea a su presa sin piedad.
Árabes,
Montañas
de harina y placer,
Campos
de balas ciegas,
¿queréis
un poema sobre Palestina,
sobre
conquista y sangre?
Yo
soy un hombre extraño:
Tengo
el pecho de lluvia
Y en
mis ojos ausentes
Hay
cuatro naciones heridas buscando su muerte.
Estaba
hambriento,
Escuchando
la triste música
Y
dando vueltas en la cama cual gusano de seda
Cuando
saltó la primera chispa.
Desierto:
tú mientes.
¿Para
quién es esta muerte púrpura
y la
flor recogida bajo el puente?
¿Para
quiénes son estas tumbas
inclinadas
bajo las estrellas,
esta
arena que nos das
cada
año cual cárcel o poema?
Ayer
regresó este héroe de labios delgados
Acompañado
por el viento, los tristes cañones
Y su
larga lanza brillando cual puñales desnudos.
Dadle
un anciano o una prostituta,
Dadle
estas estrellas y las arenas judías.
Allí
En
medio de la frente
Donde
cientos de palabras agonizan
quiero
la bala de gracia.
Hermanos,
He
olvidado vuestros rasgos,
Aquellos
seductores ojos.
¡Dios
mío!
Cuatro
continentes heridos en mi pecho.
Creía
que conquistaría el mundo
Con
mis ojos azules y mi mirada poética.
Líbano:
mujer blanca bajo el agua,
Montañas
de pechos y garras.
Grita,
mudo,
Alza
los brazos
Hasta
que estallen las axilas
Y
sígueme.
El
viento cubierto de campanas.
Sobre
los rostros de las madres y los cautivos,
Sobre
los versos y metros decadentes
Verteré
fuentes de miel,
Escribiré
sobre árboles o zapatos,
Rosas
o muchachos.
Aléjate,
desgracia,
Bello
muchacho encorvado.
Mis
dedos son largos cual agujas
Y
mis ojos son dos héroes heridos.
Desde
hoy no habrá versos.
Cuando
te derriben, Líbano,
Y se
acaben las noches de poesía y frivolidad
Dispararé
la bala en mi garganta.
Fuente:
Poesìa Árabe (16 poetas árabes contemporáneos)
http://files.bibliotecadepoesiacontemporanea
Poeta
y escritor
Nació
en Salamiya, (Siria) en 1934 - Falleció en Damasco (Siria) en 2006.
Publicò:
Tristeza a la luz de la luna (Huzn fi
daw al qamar),Habitación con millones de
paredes (Gurfa bi malayin al-yudrán), La
alegría no es mi profesión (Al-farag laysa mihnati)
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