Por la calles del ayer (memorias, poemas y relatos), de Elena Quinteros. Monteros (Tucumán) Argentina.
100 pág. 21 x 15 cm. ISBN 978-987-4075-49-9
Prólogo: José Rafael Abdala
Ediciones del Parque - Libros del Bicentenario - Tucumán (Argentina)
2017.-
Memorias
Por la calles del ayer
Hoy he abierto aquellas calles
que surcan los recuerdo
de aquella infancia lejana.
Me deslizo por su extensión
con la adultez a cuestas
pesando en mis espaldas.
Me duelen tus árboles muertos,
tu simpleza arrebatada,
tus horizontes manchados,
tus cielos descoloridos,
la mansedumbre de tus ocasos,
tus siestas profanadas...
Mi rutina descansa en el lomo ardiente
de aquellos días estivales
de juegos, libélulas y risas.
Mi tristeza se ahoga
en esa herida abierta
del arroyo que le extirparon
su puentecito angosto.
Un olor a olvido
se enreda con el presente mustio
y va dejando aureolas de "no me olvides"
flotando en el aire.
Me embriago de aquel pasado perfecto
para sumirme en brazos del presente
con la esperanza de una resaca
de sueños olvidados
corriendo a borbotones por mis venas.
Cansino el sol se va ocultando
y la casita de ladrillo,
atrincherada en un rincón,
se desangra de ingratitud
y agoniza de impotencia
y yo, ajena a ese paisaje
me pierdo por las calles del ayer
pàgs19/20
Poemas
Mirada
Se miraron fijamente.
Se recorrieron.
Se exploraron.
Se devoraron.
Se amaron
y se despidieron.
Todo en un infinito minuto,
donde se cruzaron sus miradas
y sus almas convergieron
en el mismo universo
pàg.51
Relatos
La gemela
Veintitrés y veintitrés de una noche frìa y lluviosa de otoño, nacía ella. Pequeña, delgada, débil. Los médicos no eran optimistas a que esta sobreviva las primeras doce horas. Eran pocas, casi nulas las probabilidades de subsistencia.
Pero el destino decidió darle la oportunidad de que luchara por su vida. Así fue como Azul (es el nombre que la había puesto su madre)se hizo parte de este mundo.
Lo que nadie se dio cuenta que adosada a su columna, como un tumor, venía ella, que absorbía su chi sin ningún reparo. Lo que hacía que la pequeña siempre hiciera un doble esfuerzo para afrontar vicisitudes de la vida.
Crecieron gracias al esfuerzo inclaudicable de Azul. Pero a medida que pasaba el tiempo, el peso de ella sobre su espalda, era cada vez mayor. Casi insostenible. A veces sentía desfallecer, pero pronto volvía a su lucha diaria, manteniendo siempre la esperanza que algún bendito día, la perdiera por arte de magia y así ella podría vivir plenamente.
Pero su gemela, muy a pesar de ella, era cada vez más fuerte.
Azul ya no aguantaría más, debía deshacerse de ella a como de lugar. Era ella o su gemela. Solo una de las dos sobreviviría. La guerra entre Azul y su gemela "la mala suerte", había comenzado. Había lugar solo para una de las dos en este mundo y Azul no estaba dispuesta a perder, así que cualquier arma sería válida para esta guerra que ya se había iniciado.
Si "la mala suerte" daba un paso, Azul hacía dos. Y así día tras día. Hasta el cansancio, hasta el hartazgo ....
Entonces pensó en una aliada. Alguien que supiera guardar un secreto hasta el final.
Vencería aún a costa de su propia vida. Así fue como una noche fría de invierno, Azul se despidió del mundo y de su gemela, para siempre.
pàg. 98/99
Elena Quinteros
Nacida en Monteros provincia de Tucumán (Argentina).Docente, poeta y escritora
Publicó: Postales de mi pueblo; Transitando palabras; Piel de azúcar; Otros Amaneceres; Todo acontece, alma adentro.
Compartió una antología en con el poeta cordobés Silvio Correa: Puente de Palabras, y con el poeta Rafael Abdala: Dos miradas y un mismo sueño; Rozando el cielo; Entre voces y silencios.
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