La Cuna
¿Recuerdan aquellos baúles antiguos, “cabedores”, cuyas tapas tenían la profundidad de una batea?. Bueno: esas tapas de baúles , viejas , quebrajadas, sirven de cuna a muchos changuitos del cerro. Sus padres han pedido esos pedazos de petacones, o de arcones viejos, a sus patrones de la villa o de la estancia, y poniéndolos sobre la cabecera de su apero, se largan con ellos, cuesta arriba. Van llevando la “camita pa la huahua”.
Cuando la criatura es de pecho, le llaman huahua, indistintamente al varón o la hembra. Cuando ya camina, la mujercita sigue siendo nombrada “huahua”.
En cambio, el muchacho ya es un “changuito”.
En esa cuna, entre un revoltijo de ponchos multicolores, rotos y sucios, pasan los niños los inviernos bravos. No falta un càjchi como llaman a los perros chicos, que duerma con el muchacho, para ayudarse ambos a aguantar las noches y comunicarse calor.
Si les ha tocado “cueriar” una oveja despeñada, el chango tiene una expresión alegre, porque sabe que tendrá “cuerito lanudo” para ablandar su “cama”. La tierra es más blanda que la tapa del baúl. Pero para dormir en la tierra hay que esperar el verano. Porque en invierno, la humedad y el enorme frío hacen toser al muchacho. Vienen las fiebres, los quejidos, el sueño de ojos abiertos, y entonces el Tata sale hacia la quebrada, a buscar la médica, mientras la madre lo mira a su chango, pensando que tal vez Pachamama lo ande precisando a su hijo:
- “Lo ha agarrao la tierra …”
Si la desgracia ocurre, el chango cierra los ojos, esos ojitos pequeños que sólo vieron miseria de hogar e inmensidad de cerro. Entonces, el Tata y otros vecinos (vecinos de dos leguas más allá), comienzan a fabricar el ataúd para el niño muerto. ¿Y cuál puede ser la tabla mejor para ese ataúd? ¡La tapa del baúl! ¡La cunita del chango …!
(del libro: Aires indios)
Seudónimo de Héctor Roberto Chavero. Naciò un 31 de enero de 1908,en Juan A. de la Peña, (Argentina).
Fue un cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino. Se le considera el más importante músico argentino de folklore. En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras
Falleciò el 23 de mayo de 1992, Nimes, Francia.
En la actualidad, sus restos descansan en Cerro Colorado (Córdoba) Argentina, bajo un roble europeo.
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