Libros
Tinaja
mujer (poemas), de Irma Droz. Santa
Marìa de Punilla (Còrdoba) Argentina.
112 pàg. 21 cm x 15 cm. ISBN 978-987-4996-06-0.
Pròlogo:
Marìa Teresa Andruetto.
Ilustraciones:
Raùl E. Ledesma (Técnica en Punta Seca)
Ed.
Quo Vadis Ediciones. Mayu Sumaj (Còrdoba). Argentina
2º
Ediciòn
2016.-
Esta
es mi pequeña historia,
para
un destino de cántaro apacible,
donde
hubo un tiempo de greda desierta
y
una edad para el surco y la siembra.
pàg. 15
Voy
caminando
Voy caminando
las calles de mi pueblo,
donde
no acaba de morir la tarde
y he
sentido de pronto,
como
si fuera a terminar el tiempo…
Voy
caminando las calles de mi pueblo
y el
tiempo ya se acaba
bajo
las plantas de mis pasos …
Sobre
mis hombros,
se
ha puesto a descansar la tarde …
Ha
comenzado a terminar el tiempo
y
las gentes pasan
o
están, simplemente.
Yo
sigo, calle arriba,
bajo
el pesado gris de la distancia.
Mis
pasos hieren el rumbo,
mientras
mis manos resbalan
el
espacio del tiempo que se acaba …
Voy
remontando las calles de mi pueblo,
donde
ha empezado a terminar mi tiempo,
mientras
no acaba de morir de la tarde.
pàg. 19
Payaso
No
sé en qué etapa de la vida
Me
habré metido en su traje.
Mis
ojos, casi de niño,
descubrieron
que la pena
andaba
suelta en la casa …
Después,
la encontré en la calle,
en
la gente, en el trabajo…
Por
eso, al doblar la esquina
me
sorprendieron bailando
con
un traje de colores
y
una sonrisa pintada …
Me
tropecé con la envidia
y el
cerco de la ignorancia.
Los
que no me comprendieron
difamaron
mi entusiasmo.
Yo
sé que fue una batalla
que
gané cuando sentí
que
la pena se mudaba,
y
una cascada de risas
iba
ganando la calle …
Guardo
unos ojos de niño
por
si va tras de mis pasos,
para
derrotarla, al fin,
con un payaso en mi piel
y un
cascabel en el alma.
pàgs. 21/22
Otoño
Hojas
…
Dorado
que se quiebra
junto
a la huella del camino.
Viento
…
Caricia
arrebatada
en
los cabellos del olvido.
Siesta
…
Melodía
solitaria
para
el tiempo detenido
pàg.31
Tinaja
de mujer
En
el antiguo silencio
de
cada vasija añera,
me
parece adivinar tu corazón
Madre
Tierra.
El
calor de tus entrañas
está
vibrando en el rojo
de
cada tinaja niña
que
arranca de tu vientre,
porque
son ellas tus hijas
Pacha
Mama del silencio;
carne
de tu misma carne,
fruto
eterno de tu suelo …
Tu
hombre barro, el que te habita,
el
que recibió el aliento
de
aquel Eterno Alfarero,
quiso
acariciar tu piel
y en
esa caricia tierna
se
fue moldeando el amor,
hecho
tinaja de tierra.
Tinaja
Madre, que abriga
un
secreto hecho promesa
depositado
en su seno.
Sólo
ella puede guardar
los
milagros de la tierra,
porque
ha templado sus carnes
en
el calor de la hoguera
que
enciende el amor eterno …
¡Yo
soy Tinaja Mujer,
desde
el principio del tiempo!
que
se ha moldeado en las manos
del
amor de mi alfarero;
aquel
que hizo mi tierra,
surco
fecundo en la siembra
y se
fue tornando en llama,
para
templarme en su hoguera!
Por
eso, hoy guardo un milagro
muy
adentro de mi seno,
que
va curvando mi vientre,
para
albergar con tibieza
este
destino de hijo,
que
ya está soñando el sueño de tinaja,
Madre
Tierra,
o
enamorado alfarero.
pàgs. 65/66
Luces
y sombras …
Desde
la altura de mis años,
la
vida me impone una pausa;
y
entonces, aparecen las imágenes,
las
reconozco, me rodean.
Algunas
son luminosas, otras oscuras …
Necesito
Luz
para
llegar al final de mi sendero.
Luces
y sombras …
Tal
vez fueron necesarias
para
reconocer la huella.
Presiento
heridas en mi Tinaja.
Ya
no puedo remediarlas…
Pero
en la esencia de obsidiana
que
el Universo me concede,
aún
recojo el agua fresca de la Vida,
para
el ritual de nuevas madrugadas,
palpitante
y sutil
Purificada
y dispuesta.
pàg. 106
…Y
este es mi barro
acrisolado
en cántaro.
Tan
esencial y simple como el agua.
Cálido,
como la tierra primitiva.
Mujer-Tinaja,
porque Dios lo quiso.
Por
el Milagro de la Vida.
“… Y
si la sed he de calmar de alguno,
que
haga durar mi barro, todavía”
pàg. 107
Irma Droz.
Poeta, escritora.
Naciò
en Còrdoba Capital. Reside en Santa Marìa de Punilla (Còrdoba) Argentina.
Publicò: Tinaja Mujer
(poemas)- 1º edición (2003): Mamà Poroto y Puni, la gotita (cuentos para
niños); Campanas de papel (poemas); Cautiva, Francisca Adaro
(poema èpico).
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