sábado, 19 de diciembre de 2020

Lilia Cremer


 

La hora señalada (o un mini cuento absurdo)

En un país de Europa, ¿o de Asia? ¿ o quizás era de América? ¿podría ser de Oceanía? Bueno digamos que en un país cualquiera, ocurrió un hecho muy curioso que quisiera contar. Resulta que una hora del día, digamos una señorita hora o señora hora si se tratase de una hora casada, tenía en los últimos días del calendario un muy mal comportamiento. No cumplía con el horario. Esto que puede parecer ¡muy común! en cualquier empleado sobre todo si hablamos de un empleado público, (¡por favor! nadie se ofenda) aunque también puede observarse con frecuencia en cualquier otro tipo de empleado y/o persona que desempeñe una, dos, tres, o más tareas cualesquiera sean esas tareas, resulta altamente grave tratándose de una hora, cuya función es justamente marcar el horario.Pues bien, la señorita o señora hora, nunca estaba a horario, llegaba tarde, se quedaba dormida, fingía dolor de cabeza, estómago y lugares varios del cuerpo. Salía a bailar o iba al cine y como si nada faltaba al reloj. Los habitantes del país ya estaban resignados, era imposible ponerla en vereda, mejor dicho en hora. Ya sabían que en el horario de la impuntual, ellos no tendrían nada que hacer, o sea que hacían “huevo” “paveaban” o hacían fiaca, hasta que llegaba la próxima hora puntualmente. La indisciplinada pasó a ser la descarriada, la“oveja negra del reloj”: la hora señalada.

En una asamblea convocada por la relojería más antigua y prestigiosa del país, el minutero y el segundero conducían el debate. Se llegó a la conclusión  de que la única manera de disciplinarla sería dándole un buen escarmiento.

La envolvieron prolijamente y la metieron en una caja. La enviaron por encomienda a la mejor relojería de Suiza. ¡Allí sí que aprendería lo que es la puntualidad!

Después de muchos meses llegaron noticias de que la hora señalada nunca se corrigió, es más, ¡está más impuntual que nunca! Ocurrió que un pájaro Cucú se enamoró de ella y se la llevó a vivir a su casa.

Si alguien va a viajar a Suiza ¡ojo! el día tiene veintitrés horas. Todavía no han podido educar a la hora que vive con el Cucú.

 

Poeta, escritora.
Tigre. ( Bs As)
Publicó: El perro negro,  Cuentos para cinco nietos y un abuelo,  Rosas rojas Palabras  prestadas

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