sábado, 19 de diciembre de 2020
Aquelarre
Ceremonias
para disolver
Desde la mesa manda traer café, también
las ceremonias para disolver mi voz
prácticamente vuelvo así
casi palpitando el espacio que me dan
Parecen árboles sin comenzar a ser
desde este mediodía van a enloquecer
detrás
de ese colegio de terror y yo
casi palpitando el espacio tomaré
Estos pensamientos son espejos
que preguntan al salir
de las habitaciones del amor
que quedan hacia el fin
Son mensajes, son lunas de oro
corazón de helados de fuego
cercada en mi visa
cercada en mi visa
cercada en mi visa
cercada en mi visa
Desde la mesa manda traer café,
también
las ceremonias para disolver mi voz
prácticamente vuelvo así
casi palpitando el espacio tomo
casi palpitando el espacio veo
casi palpitando el espacio tomaré.
(del CD: Corazones del lado
del fuego - 1999)
Fue una banda argentina
de rock formada en 1971 por Rodolfo García (batería y voz), Emilio del Guercio
(bajo y voz), Hugo González Neira (teclados y voz) y Héctor Starc (guitarra y
voz), en la que dos de sus integrantes, ex miembros de Almendra, Rodolfo García
y Emilio Del Guercio, aportaron una base rítmica muy sólida, complementada con
el sonido vertiginoso e impactante en la guitarra de Héctor Starc y el teclado
blusero de Hugo González Neira.
Leyendas Argentinas
Leyenda
del lapacho
-
Cuenta la historia, que Dios estaba preparando el mundo, se reunió una tarde
con todos los árboles y pidió que cada árbol eligiera la época en la que cada
uno de ellos quisiera florecer y así, embellecer la tierra.
¡Y
en un estallido de alegría comenzaron todos a gritar: “otoño, verano,
primavera, decían !!!”
Pero
Dios observó que ninguno elegía la estación de invierno.
Entonces
Dios preguntó:
-
¿Por qué nadie elige la época de invierno?
Cada
uno tenía su razón. ¡Muy seco! ¡muy frío! ... muchos incendios!
Entonces
Dios pide un favor...
Necesito
al menos un árbol, que embelese el invierno, que sea valiente y capaz de
enfrentar el frío, la sequía y las quemas y en ese frío poder embellecer el
mundo...
Se
quedaron todos en silencio.
Fue
entonces que un árbol callado y tranquilo al fondo, sacude sus hojas y dijo:
-¡Yo
voy!...
Y
Dios con una sonrisa preguntó:
-
¿Cuál es tu nombre?
¡Me
llamo ""Lapacho, señor!
Los
otros árboles, quedan espantados del coraje del Lapacho y su locura de querer
florecer en invierno.
Entonces
Dios respondió:
-
Por atender mi pedido te haré florecer en el invierno no sólo con un color,
sino con varios...
Para
que también en invierno, el mundo sea colorido.
Como
agradecimiento le dijo: tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será
enorme.
Y
así Dios hizo uno de los más hermosos árboles que da color al invierno. Y así
tenemos al Lapacho:
blanco
amarillo
Amarillo
del pantano
Amarillo
de la hoja lisa
Amarillo
niebla
rosa
púrpura
Morado
¡Qué
podamos ser como el Lapacho, y sepamos florecer en los inviernos de la vida!
Tomado
del muro de facebook:: Escritores de Sueños- Comunidad
Elias Antonio Almada
Lágrimas anunciadas
Llora el verde
lágrimas
de humo
por
la vida que se pierde
atrapada
en lenguas de fuego,
el
viento sacude las penas
del
hombre que huye
sin
rumbo en la selva
corriendo hacia la muerte,
desoída
la palabra
los
pedidos y el clamor
hoy
nos inunda la tristeza
por
las imágenes del dolor,
cuanta
desidia del hombre
golpeando
la naturaleza
más
conserva la estupidez
de
emborracharse de ignorancia
Utopía
Sueña
un mundo sin guerras
con
espadas envainadas
fusiles
callados
y
sin puños cerrados
con
la tierra y sus verdes
abrazada
al azul de los mares
respirando
un aire puro
y la
gente bailando en derredor de los basureros,
donde
lo imposible
sea
transformado en posible
y la
caricia y el abrazo
sean
del mundo impulsor
donde
pueda el hombre
sentirse
un ser libre
comulgando
la palabra
sin
miedos ni sombras,
donde
acentuar la dialéctica
sea
por amistad
y
prime la intención del verbo
por
aceptar otra opinión,
que
sea esa irrealidad
una
foto de la realidad
aferrándote
a una utopía
la
utopía de la paz.
Poeta,
escritor
Concepcion
del Uruguay, (Argentina)
Publicó
: Versos a la vera de la metáfora, Imágenes,
sensaciones y sentimientos , Sueños de amores en poemas
Lilia Cremer
La hora señalada (o un mini
cuento absurdo)
En un país de Europa, ¿o de Asia? ¿ o quizás era de América? ¿podría ser de Oceanía? Bueno digamos que en un país cualquiera, ocurrió un hecho muy curioso que quisiera contar. Resulta que una hora del día, digamos una señorita hora o señora hora si se tratase de una hora casada, tenía en los últimos días del calendario un muy mal comportamiento. No cumplía con el horario. Esto que puede parecer ¡muy común! en cualquier empleado sobre todo si hablamos de un empleado público, (¡por favor! nadie se ofenda) aunque también puede observarse con frecuencia en cualquier otro tipo de empleado y/o persona que desempeñe una, dos, tres, o más tareas cualesquiera sean esas tareas, resulta altamente grave tratándose de una hora, cuya función es justamente marcar el horario.Pues bien, la señorita o señora hora, nunca estaba a horario, llegaba tarde, se quedaba dormida, fingía dolor de cabeza, estómago y lugares varios del cuerpo. Salía a bailar o iba al cine y como si nada faltaba al reloj. Los habitantes del país ya estaban resignados, era imposible ponerla en vereda, mejor dicho en hora. Ya sabían que en el horario de la impuntual, ellos no tendrían nada que hacer, o sea que hacían “huevo” “paveaban” o hacían fiaca, hasta que llegaba la próxima hora puntualmente. La indisciplinada pasó a ser la descarriada, la“oveja negra del reloj”: la hora señalada.
En
una asamblea convocada por la relojería más antigua y prestigiosa del país, el
minutero y el segundero conducían el debate. Se llegó a la conclusión de que la única manera de disciplinarla sería
dándole un buen escarmiento.
La
envolvieron prolijamente y la metieron en una caja. La enviaron por encomienda
a la mejor relojería de Suiza. ¡Allí sí que aprendería lo que es la
puntualidad!
Después
de muchos meses llegaron noticias de que la hora señalada nunca se corrigió, es
más, ¡está más impuntual que nunca! Ocurrió que un pájaro Cucú se enamoró de
ella y se la llevó a vivir a su casa.
Si
alguien va a viajar a Suiza ¡ojo! el día tiene veintitrés horas. Todavía no han
podido educar a la hora que vive con el Cucú.
Poeta,
escritora.
Tigre.
( Bs As)
Publicó:
El perro negro, Cuentos para cinco nietos y un abuelo, Rosas rojas Palabras prestadas
viernes, 18 de diciembre de 2020
Historias de la Docta (Còrdoba)
La adolescencia de Agustín Tosco.
Escribe: Carlos Ighina.
Agustín Tosco nació
pampa gringa adentro, en Coronel Moldes. El muchachito rubio se movía con
agilidad inagotable, aguzando su espíritu de observación en cada árbol del
legado autóctono, en cada pájaro que según su muy diversa especie emitía
sonidos diferentes, en la pachorra del ganado, en los hierros laboriosos de las
maquinarias agrícolas y en las costumbres de sus padres. Era entonces, en este
último caso, cuando opinaba y criticaba, siguiendo una innata sugerencia que lo
acompañaba desde la cuna. Irremediablemente sobrevenían las discusiones con su
padre, que eran fuertes y en dialecto piamontés. En ese espacio de llanura sin
límite comenzó a ejercitarse su dialéctica de confrontación de ideas.
La década de los 40 era
todavía joven y entre Córdoba y Río Cuarto no había una sola escuela
secundaria, por eso y por la convicción en las bondades de una enseñanza
técnica, compartida por toda la familia, sus padres lo inscribieron en el
internado de la entonces Escuela del Trabajo Presidente Roca, que desde 1914
venía funcionando en el Parque Sarmiento, con diversas especialidades
preparatorias de un oficio digno, entre ellas la de perito electricista que
luego lo proyectaría en un campo gremial impensado.
En la Roca aprendí a
discutir, solía repetir a modo de reconocimiento el gringo de Coronel Moldes
cuando se lo interrogaba acerca de las fuentes de su formación o sobre los
recuerdos de adolescencia, dejando en segundo plano las ripiosas experiencias
verbales de los ásperos diálogos con su padre.
Avelino Laurenti fue su
compañero inseparable, no solamente en los años de la Presidente Roca sino
también más tarde, a lo largo de su fragorosa trayectoria en EPEC y en el
gremio de Luz y Fuerza, y su testimonio es tan directo como genuino.
Tosco fue alumno
interno de la Escuela del Trabajo entre los años 1944 y 1947; sus compañeros le
decían “tero” porque era tan alto que los mamelucos le quedaban siempre cortos.
Cuenta Laurenti que solía leer hasta altas horas de la madrugada, en particular
los libros de Vargas Vila –escritor colombiano de ideas liberales radicales
próximas al existencialismo-, que trataba de profundizar con sus compañeros, a
menudo no preparados para este tipo de elucubraciones.
Agustín admiraba al
maestro Molina, que era profesor de Castellano y tenía ideas avanzadas para la
época. También disfrutaba las clases de álgebra y recuerdan sus condiscípulos
que era un dotado para las matemáticas, tanto que oficiaba para sus compañeros
como un segundo profesor de álgebra, no sólo por su capacidad de asimilación
sino por la manera de transmitir sus conocimientos, simple, paciente y
didáctica.
Discutidor nato, de
carácter dominante, orador de facultades naturales, hizo ya en sus años de la
Presidente Roca un ejercicio de la rebeldía en nombre de la verdad. Decía
Laurenti: “Había que aguantarlo. Era medio leche hervida. Se enojaba y le
duraba mucho tiempo. A veces reaccionaba violentamente pero no perdía los
estribos, siempre contestaba con calidad”.
En 1944 –año del
terremoto de San Juan, catástrofe que determinó que muchas de las víctimas se
refugiaran en la Presidente Roca, toda una experiencia de servicio para
Agustín-, cuando estaba en primer año, encabezó una marcha de protesta contra
los procedimientos del secretario de la escuela, que llegó hasta la Casa de
Gobierno, ubicada entonces en el actual edificio de la Biblioteca Córdoba,
sobre calle 27 de Abril. Posteriormente también protestó en forma protagónica
por asuntos cotidianos, como cuando el director decidió dar cascarilla en lugar
de café. En esa oportunidad Tosco fue el cabecilla de una batahola insoportable
producida por el golpeteo de las tazas de metal enlozado sobre las mesas de
granito.
Su concepto de justicia
lo movió permanentemente a acciones de reclamo. Un caso patético fue el de la
autopsia del perro del director, Abdón Pereyra, que era médico. El animal había
muerto sin causa aparente y el director, intrigado, practicó la autopsia sobre
una de las mesas del comedor de los alumnos.
Agustín reaccionó con
indignación ante lo que consideraba una desconsideración de la salud ambiental
del internado y un foco de posibles enfermedades, organizando la unánime
negativa de los alumnos a ingresar al comedor.
Quedan entre los muros
del internado, que hoy, con la más humana designación de Hogar Estudiantil,
lleva el nombre de Agustín, los recuerdos de aquellos días domingo cuando el
gringo y sus amigos se iban a remar al lago del Parque Sarmiento, en los botes
de Don Juan. Allí navegaban, con el infaltable gringo Moro, que era carpintero,
acompañados por la música del acordeón de Avelino Laurenti. Así servían de
románticos remeros para las parejas de enamorados, recibiendo en cambio buena
propina para los gastos de la semana.
Quedan también las
evocaciones de las costumbres de Agustín, su manera de dormir tapado con la
almohada y su predilección por los perfumes y el jabón Manuelita.
Quedan asimismo las
palabras conclusivas de Avelino Laurenti cuando recordaba: “Él nos transmitió
tantas inquietudes… la lectura, por ejemplo, y una línea de conducta. Nos enseñó
a ser honestos, derechos y trabajadores; él, que tenía una idea y la llevaba a
la acción, algo que muchos no logran. Él, que le dio vida a los años y no años
a la vida.
Fuente:│Comercio y
Justicia
Carlos
A. Ighina. Notario.
Historiador urbano-costumbrista."Premio Jerónimo Luis de Cabrera"..Còrdoba (Argentina)
Libros
Panadero de luz
(poemas) de Irene Scalabrelli, Bialet
Massè (Còrdoba) Argentina.
74
pàg. 18x13 cm. ISBN 978-987-4969-11-8
Arte
de tapa y edición gràfica :Carolina Ellenberger
Ediciòn:
Alejo Carbonell
Ventiluz
Poesìa.
Ed.
Lago Editora
2019.-
Panadero
de luz es el primer libro de Irene Scalabrelli.
Tal
como sucede en sus poemas, la autora regò pacientemente, a pesar de los vientos
y los frìos, hasta que sus versos se fortalecieron.
Equilibrados,
medidos, madurados durante mucho tiempo,
los poemas nos traen una vida de movimiento, de cambios, pero también de
contemplación y, cuando hizo falta, de guarecimiento..
Ahora
que ya pueden dar sombra es notable la capacidad expresiva que alcanzan:
frescos, profundos, reposados.
(Comentario
de contratapa)
Amanece
en la cocina
el
olor al guiso de la noche
hay
que abrir la ventana
dejar
que el aire entre
y
empuje
y
limpie.
Pasa
un hombre
que
canta fuerte
porque
no sabe que lo escucho.
Los
perros se han dormido
y
es perfecta la luz en todos lados.
Me
voy con la mirada
hacia
donde va la calle
y
no quiero decir nada
que
ponga en riesgo
a
la mañana.
pàg. 7
Los
días de viento
al
día recién nacido
plancharlo
con las manos
hasta
amansar su fuerza
o
su desgano
separar
prolijamente las horas de los minutos
y
reservar para más tarde lo que quede.
Tratar
con delicadeza las aristas
(hay
días que lastiman si se los apura).
Estirarlo
con paciencia, alisar los pliegues
es
sabido que allí se esconden
los
renunciamientos.
Hacer
corresponder propósitos
con
tiempos redondos
evitar
las horas picos
recordar
recreos y meriendas
programar
un sueño breve
y
salir de la siesta hacia la tarde.
Si
el clima lo permite
marcar
con cuidado
las
zonas de aire libre
y
dejar que la noche
llegue
como de sorpresa
decidir
el momento
de
apostar de nuevo
elegir
el vino
completar
las coordenadas
de
tiempo y de distancia
y
brindar con el día
maduro
y relajado.
Antes
de dormir
hacerle
un bollo
y
ponerlo debajo de la almohada.
Un
día tratado con cuidado
garantiza
sueños prometedores.
pàgs 72/73
Acaso
sólo se trate de estirar la mesa
al
día recién nacido
plancharlo
con las manos
hasta
amansar su fuerza
o
su desgano
separar
prolijamente las horas de los minutos
y
reservar para más tarde lo que quede.
Tratar
con delicadeza las aristas
(hay
días que lastiman si se los apura).
Estirarlo
con paciencia, alisar los pliegues
es
sabido que allí se esconden
los
renunciamientos.
Hacer
corresponder propósitos
con
tiempos redondos
evitar
las horas picos
recordar
recreos y meriendas
programar
un sueño breve
y
salir de la siesta hacia la tarde.
Si
el clima lo permite
marcar
con cuidado
las
zonas de aire libre
y
dejar que la noche
llegue
como de sorpresa
decidir
el momento
de
apostar de nuevo
elegir
el vino
completar
las coordenadas
de
tiempo y de distancia
y
brindar con el día
maduro
y relajado.
Antes
de dormir
hacerle
un bollo
y
ponerlo debajo de la almohada.
Un
día tratado con cuidado
garantiza
sueños prometedores.
pàgs 72/73
al día recién nacido
plancharlo con las manos
hasta amansar su fuerza
o su desgano
separar prolijamente las horas de los minutos
y reservar para más tarde lo que quede.
Tratar con delicadeza las aristas
(hay días que lastiman si se los apura).
Estirarlo con paciencia, alisar los pliegues
es sabido que allí se esconden
los renunciamientos.
Hacer corresponder propósitos
con tiempos redondos
evitar las horas picos
recordar recreos y meriendas
programar un sueño breve
y salir de la siesta hacia la tarde.
Si el clima lo permite
marcar con cuidado
las zonas de aire libre
y dejar que la noche
llegue como de sorpresa
decidir el momento
de apostar de nuevo
elegir el vino
completar las coordenadas
de tiempo y de distancia
y brindar con el día
maduro y relajado.
Antes de dormir
hacerle un bollo
y ponerlo debajo de la almohada.
Un día tratado con cuidado
garantiza sueños prometedores.
Irene Scalabrelli. Narradora
oral de cuentos, poeta y escritora
La
Consulta, (Mendoza), Argentina . Reside en Bialet Massé, Cordoba, Argentina
Robert Louis Stevenson
Noches de viento
Siempre que la luna y las estrellas se ponen,
Toda la noche en la oscuridad y la humedad
Pasa un hombre.
Tarde en la noche cuando el fuego se apaga
¿Por qué galopa y galopa?
Siempre que los árboles lloran en voz alta
Y los barcos son arrojados al mar
Por, en la carretera, bajo y ruidoso,
Pasa al galope.
Pasa al galope, y luego
Vuelve al galope de nuevo.
Cava la tumba y déjame mentir.
Me alegro de vivir y morir con gusto
Y me acosté con voluntad.
Aquí yace donde anhelaba estar;
El hogar es el marinero, el hogar del mar
Y el cazador a casa desde la colina
Donde crecen las manzanas de oro; -
Donde debajo de otro cielo
Islas de loros ancladas yacen,
Y, mirado por cacatúas y cabras,
Lonely Crusoes construyendo barcos; -
Donde al sol se extiende
Ciudades del este, millas alrededor,
Están con mezquita y minarete
Entre jardines arenosos,
Y los ricos bienes de cerca y de lejos
Colgar a la venta en el bazar, -
Donde va la Gran Muralla alrededor de China,
Y de un lado sopla el desierto,
Y con campana y voz y tambor
Ciudades en el otro zumbido; -
¿Dónde están los bosques, calientes como el fuego,
Ancho como Inglaterra, alto como una aguja,
Lleno de simios y nueces de cacao
Y las chozas de los cazadores de negros;
Donde el cocodrilo nudoso
Miente y parpadea en el Nilo,
Y el flamenco rojo vuela
Cazando peces ante sus ojos; -
Donde en las selvas, cerca y lejos,
Los tigres devoradores de hombres son,
Acostado cerca y escuchando
No sea que la caza se acerque,
O ser visto por una esquina
Balanceándose en un palanquín; -
Donde entre las arenas del desierto
Algunas ciudades desiertas se erigen
Todos sus hijos, barda y príncipe,
Crecido a la edad adulta desde entonces,
Ni un pie en la calle ni en la casa
Ni un movimiento de niño o ratón
Y cuando amablemente cae la noche,
En todo el pueblo no hay chispa de luz.
Allí vendré cuando sea un hombre
Con una caravana de camellos;
Enciende un fuego en la penumbra
De algún comedor polvoriento;
Mira las fotos en las paredes
Héroes, luchas y festivales;
Y en un rincón encuentra los juguetes
De los viejos chicos egipcios.
Pero como mi título, porque no es mío.
Ese título de un hombre mejor que robé:
Ah, cuánto mejor, me había quedado todo.
Este poema es de dominio público.
Publicò: La isla del tesoro, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, El diablo de la botella y otros cuentos, Olalla, David Balfour y Weirde La flecha negra) y El señor de Ballantree Jardín de versos para niños, De vuelta al mar Narraciones maravillosas.. entre otros