Clavados en ayeres silenciosos
los templos con sus dioses ya no alcanzan
ni pueden explicarnos por sí mismos
Apenas si nos traen, tenuemente,
reminiscencias vagas. Telarañas de un tiempo
que en nosotros pervive, que está pero no habla.
Entonces interrogo catedrales,
conventos imponentes que conmueven
y datan la colonial presencia,
Solamente recrean esos siglos
de un mundo subterráneo, inmaduro y dormido,
perpetuando unas formas de hispana pincelada.
No hay mitos africanos que consigan
unificar senderos, que concentren,
que logren ataviar nuestras ansias
No sirve a nuestra esencia la cordura
de otras metas extrañas, racionales y ascéticas,
Ninguno de ellos logra, en esta tierra,
la rosa de los vientos, el dolorido centro
de nuestra propia entraña
¡Porque no somos blancos solamente,
¡La conjunción AMÉRICA en el mestizo cuenco!
(de libro:Mirador de Dos Mundos. Quinientos luego
Poeta, escritora, docente e investigadora universitaria de grado. Avellaneda (Buenos Aires)
Publicò: Mi ser en el tiempo; Juan y la fiebre; A mis islas cautiva; Sonetos a Simón Bolívar (2); El sueño que no cesa;Ventanal a tres tiempos; Parda Manuela
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